viernes, 28 de noviembre de 2014

EL NEOCLÁSICO EN LA NUEVA ESPAÑA

El siglo XVIII represento un tránsito radical para la Nueva España ya que la cultura se ve modificada ante un cambio de ideología, donde la razón predomina en el que hacer de la vida cotidiana de los habitantes. Y la iglesia que en tiempos anteriores había vivido una suerte de ídolo con la corona, se vió atacada severamente y perdió paulatinamente el control, no solo en la conciencia de sus seguidores, sino también sobre sus mismas posesiones materiales.
Por otra parte la Nueva España no solo fue modificando su pensamiento religioso, sino también su economía, ya que el liberalismo económico centro-europeo fue exigiendo  cada vez mayor control  sobre la producción, comercialización y administración de la riqueza generada en el país,  ante este cambio también se modificó el modelo de enseñanza,  que a partir de entonces  se dedicó a formar profesionales capacitados para resolver las novedad tanto económica como urbana y artística.

 Es así como se rompe el antiguo esquema gremial  y el aprendizaje de “maestro-aprendiz” cambia dando paso a las escuelas y academias que de ahora en adelante podrían capacitar a un mayor número de alumnos tanto de disciplinas técnicas como artísticas. Dentro de este contexto es cómo surge la Academia de Bellas Artes de San Carlos en 1783, la cual fue la primera institución de su género  no solo de México, sino también de  toda América; como ya sabemos la escuela se dedicó a la enseñanza de las nobles artes; es decir, la pintura, la escultura, el grabado y la arquitectura. De donde se observan dos ejes sobre los que gira su creación.  El primero fue la necesidad  de la acuñación de monedas  para agilizar el intercambio comercial y  el segundo fue la demanda del ego de la burguesía colonial por poseer íconos  de prestigio que les permitieran igualarse a la burguesía europea y a la vanguardia de la misma.

Exterior de Academia de San Carlos - México D.F.


Y es así, como Jerónimo Antonio Gil, fundador de la Academia de San Carlos y grabador profesional,  llega a México proveniente de La Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid,  con el fin de acuñar monedas para la Nueva España y formar a los grabadores requeridos para el trabajo. Poco tiempo después  la Academia empezó a funcionar dispuesta no sólo a fomentar  la nueva plástica neoclásica, sino también a preparar  a los arquitectos que deberían enfrentarse a los nuevos retos de construcción que exigía el nuevo género plástico- estético en conjunto con la modificación de la vida económica de la Nueva España.

Interior de Academia de San Carlos - México D.F.

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