jueves, 11 de diciembre de 2014

PINTURA REALISTA

    Vencido el neoclasicismo, la reacción romántica dio insensiblemente paso al realismo, que viene a representar en la historia del arte un nuevo periodo clásico.

Zorro en la nieve

     La corriente realista que se va abriendo paso dentro del romanticismo, produce sus personalidades más representativas bajo el segundo imperio en el tercer cuarto de siglo. Este movimiento es de escasa novedad en el aspecto técnico (tradicional barroco). Pero en cambio, los temas preferidos delatan una nueva actitud frente a la vida y es el retrato de la sociedad tal y como es.

Gustave Courbet

    El pintor que dio nombre a este movimiento fue Gustave Courbet, su realismo señalaría una revolución artística. No quería ser discípulo más que de la naturaleza. Hasta cierto punto, su temperamento y su programa se parecieron a los de Caravaggio, no deseaba la belleza, si no la verdad.

Paisaje de Courbet

Paisaje de Courbet


    La frase de Courbet: ”si quieren que  pinte diosas, mu éstrenmelas”, revela claramente su deseo de atenerse al natural.

    En 1851 expuso algunas de sus obras en el Palacio de las Artes de la Exposición Universal de París, pero al ver el rechazo del jurado hacia algunos de sus cuadros decidió inaugurar una exposición individual ubicada en las proximidades del campo marte, a la que bautizó con el nombre de "Pabellón del Realismo". Entre las obras que exhibió en dicho lugar cabe mencionar El taller del pintor, en el que retrataba a todas las personas que habían ejercido cierta influencia en su vida.

Mujer de medias blancas - Courbet

Mujeres en el campo - Courbet

    El arte ha entrado en los dominios de una nueva finalidad: la político-social, ya los cuadros de Gericault lo anunciaban. Se impone la realidad como base del arte, en el hombre mismo lo social y lo político acaparan todo el interés. Desaparece toda preocupación por el alma, el objeto sube de valor, en el mismo paisaje se borra toda huella humana.

Durmiendo - Courbet

Cascada - Courbet

  A pesar de sus polémicas, llegó a disfrutar de éxito. Se le otorgó la medalla de la Legión de Honor pero la rechazó. Afirmaba que quería morir «como hombre libre, sin depender de ningún poder ni religión», si bien accedió a participar en el breve gobierno de la Comuna de París de 1871. De él, el filósofo Proudhon, «padre» del anarquismo,  quiso hacer un pintor proletario. Creía que el arte podría subsanar las contradicciones sociales. Admitía su compromiso con el socialismo y con el realismo cuando afirmaba: ""Acepto con mucho gusto esta denominación. No solo soy socialista, sino que también soy republicano, y en una palabra partidario de cualquier revolución –y por encima de todo realista... realista significa también sincero con la verdadera verdad."
    Durante la Comuna se le encargó la administración de los museos de París. Tras caer dicho gobierno, el gobierno posterior le responsabilizó de la destrucción de la columno Vendome dedicada a Napoleón Bonaparte. Un consejo de guerra lo condenó a seis meses de prisión y a pagar 300.000 francos Al salir de la cárcel escapó a Suiza (1873) para evitar que el Estado le obligara a pagar la multa; era tan alta que debía ser liquidada a lo largo de 30 años.
    Murió en La tour du Peilz localidad próxima a Vevey víctima de una cirrosis producida por su consumo abusivo de alcohol

Picapiedras - Courbet


    El realismo es la esencia del arte democrático. El tema del trabajo como problema, visto desde su ángulo doloroso, entra en la historia de la pintura.


    De la furiosa exaltación individualista de los románticos se pasa al ensalzamiento de la materia. Decaen eternos temas de la pintura, ante todo un gran desdén por la pintura religiosa

El origen del mundo - Courbet

Artista plastica que emuló en la actualidad la obra del origen del mundo durante su exhibición

Otros exponentes de esta corriente y cabe mencionarlos como Honoré Daumier y Jean-François Millet 

Saliendo de la escuela -Honore daumier

Carro de tercera clase - Honore Daumier

Espigadores -  Jean-François Millet 

Leñadores -  Jean-François Millet 

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